viernes, 4 de noviembre de 2011

Lágrimas de estrés.

¿Nunca les ha pasado que... como que... de la nada el colegio decide ponerse particularmente difícil o la gente se empeña en sacarte de tus casillas? y, ¿les ha pasado que todo eso sucede al mismo tiempo?
No sé ni por qué se los pregunto, sé que sí. Es el peor sentimiento del mundo, se te acumula todo el estrés del mundo y se forma como un vaso que se va llenando y llenando. Con cada mala nota, cada comentario estúpido de la gente, cada pelea se va llenando un poco más. Obviamente, llegará un punto en el que necesitas explotar y lo primero que se te viene a la mente cuando alguien te habla es "si no se calla, se los juro que lo voy a matar". Pero no, no lo haces, ni les gritas. Eso es lo que pasa cuando tu vaso está realmente lleno.
Nunca me he considerado una persona agresiva. De hecho, soy bastante pacífica (mi mejor amiga dice que soy hippie, pero no). Pero eso es malo, dejo que se acumule toda mi rabia y no la boto de la manera correcta. Entonces ahí entran las lágrimas de estrés. Son unas perras, aparecen en el peor momento.
Al menos hoy, decidieron llegar en medio de mi clase de matemática y, ¿qué hice? Tragármelas. Y fue lo peor, las lágrimas de estrés son esas que te llenan los ojos una y otra vez, y no se cansan, y tienes que negarles a todos que algo te pasa porque simplemente te avergüenza llorar en frente de todo el mundo.

Putas lágrimas de estrés.

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